Se estima que cuando se detecta en etapas tempranas y se accede a un tratamiento adecuado, el 90% de los casos son curables.
El cáncer de mama es el carcinoma más frecuente a nivel global y la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres en todo el mundo. En Argentina representa el 35% de los cánceres en mujeres, se detectan más de 22 mil casos al año y sigue siendo la primera causa de muerte por tumores en mujeres, alcanzando anualmente unos 6.100 fallecimientos.
“La clave es la prevención y la concientización” enfatiza el doctor Matías Chacón (MN 86.697), oncólogo clínico, integrante del Consejo de la Fundación Cáncer (FUCA) mientras recuerda que “1 de cada 8 mujeres a lo largo de su vida va a desarrollar cáncer de mama y que, si bien en los últimos años ha aumentado la incidencia, porque hay más detección, también ha disminuido la mortalidad”.
Aunque se desconocen las causas del cáncer de mama se reconoce que algunos factores aumentan el riesgo de enfermar: ser mayor de 40 años, antecedentes personales o familiares de cáncer de mama o de enfermedad pre-neoplásica de mama, tratamiento previo con radioterapia dirigida al tórax, terapia de reemplazo hormonal, primera menstruación a edad temprana, edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber tenido hijos, entre otros. A su vez, el sobrepeso, el sedentarismo, y consumo excesivo de alcohol son factores que se pueden evitar para disminuir el riesgo de padecer la enfermedad. “Si logramos eliminar o disminuir el consumo de tabaco, del alcohol, si evitamos el sedentarismo y llevamos una vida más saludable, seguramente empezaremos a notar un cambio en la incidencia del cáncer de mama en las próximas décadas” explica el doctor Chacón.
El cáncer de mama puede presentarse de muchas maneras, la más frecuente suele ser la aparición de una masa indolora, pero también puede estar vinculado al engrosamiento, alteración en el tamaño, la forma o la apariencia de la mama. También son señales de alerta alteraciones de la piel como enrojecimiento, picaduras o hoyuelos, cambio en la apariencia del pezón o la piel alrededor (areola), y/o secreción anormal del pezón. “También hay que conocer nuestra historia, saber si alguien en nuestra familia tuvo cáncer de mama u ovario a edades tempranas. El autoexamen también tiene un rol importante” explica Chacón quien también resalta que lo más importante es consultar rápidamente con el médico. Cuando el cáncer de mama se detecta en etapas tempranas y se accede a un tratamiento adecuado, el 90% de los casos son curables. “Si logramos identificarlas tempranamente o hacemos prevención primaria y secundaria, la chance de curarse es alta, es 3 de cada 4 personas, por eso es tan importante la concientización y sacar el sinónimo de muerte a la palabra cáncer”, amplia el especialista.
Es muy importante detectarlo a través de estudios antes de que se evidencie clínicamente. El método diagnóstico recomendado es la mamografía y todas las mujeres desde los 40 años, sin antecedentes personales ni familiares de cáncer de mama, deben realizarse una cada uno o dos años. Cuando una mamografía muestra una imagen sospechosa de cáncer o un examen físico detecta una lesión visible o palpable en la mama, es necesario realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico y luego determinar el tratamiento adecuado. Si el diagnóstico de cáncer es confirmado, se llevarán a cabo estudios adicionales para evaluar su grado de avance y así determinar el tratamiento más adecuado.
Ante el diagnóstico de cáncer de mama, el tratamiento debe ser abordado por un equipo profesional que le asegure al paciente recibir uno correcto y oportuno. El tratamiento adecuado para cada paciente se decidirá luego de evaluar diversos factores como las características del tumor (si es localizado, si desarrolló metástasis, si hay ganglios comprometidos, etc.) y del paciente (edad, estado de salud general, entre otras). “Si el tumor está localizado, hoy en día hay estrategias cada vez más modernas con la que los pacientes pueden pensar en la palabra cura” detalla Chacón.
